Asimetrías en los ingresos, y desregulación en las condiciones laborales evidencian una tendencia hacia la precarización de las relaciones laborales para el sector.
En el marco del V Encuentro Nacional de Graduados y Organizaciones Profesionales – Resistencia, Chaco 2024, coorganizado por FEPUCH y CGP se presentaron los resultados del 4to Estudio Nacional Sobre Profesionales Argentinos, que realiza la Confederación General de Profesionales de la República Argentina (CGP), junto con el Observatorio de Profesionales de la FEPUC (Federación de Profesionales Universitarios de Córdoba).

El estudio profundiza sobre las condiciones laborales de las y los profesionales argentinos, analizando no solo la problemática de bajos ingresos y pérdida del poder adquisitivo, que actualmente atraviesa a todos los trabajadores del país, sino que deja en evidencia una clara tendencia a la desregulación en las modalidades de contratación.
Cuando se analiza en la serie histórica de 4 años, la evolución en la modalidad de contratación de los profesionales argentinos, se observa una importante caída en el porcentaje de profesionales que trabaja de manera totalmente independiente – facturando todos los trabajos que realizan- y un crecimiento en el porcentaje de profesionales que buscan combinar el ejercicio independiente, con alguna relación de dependencia, en una clara búsqueda de mejores ingresos, garantizarse mayor cobertura en materia de seguridad social y derechos laborales.
En materia de ingresos se evidencian diferentes tipos de asimetrías, que dejan expuestas las características de las provincias de nuestro país. Si bien para el mes de mayo el ingreso promedio de las y los profesionales fue de $1.043.032, hubo 17 provincias con montos promedio inferiores a la media nacional y sólo 8 con promedios superiores.
La región de la Patagonia es donde los promedios de ingresos son más altos, llegando al 40% y 50% más que la media nacional. En el otro extremo se encuentran las provincias de región norte con los promedios más bajos superando un 20% por debajo del promedio.

Pero las asimetrías no quedan solo entre las provincias sino también en las modalidades de contratación, sin duda uno de los elementos más claros que muestra este estudio es que “A mayor regulación en las relaciones laborales mejor es el ingreso de las y los profesionales”.
Los profesionales monotributistas que facturan todos los meses al mismo empleador, cumpliendo una jornada diaria de trabajo (supone RRDD encubierta), tienen ingresos mensuales que son un 34% menores que los que están bajo relación de dependencia. Y los que trabajan de manera informal ganan un 51% menos.
Otra tendencia claramente identificada en este estudio es la dificultad de acceso a mejores ingresos por parte de las mujeres profesionales. La brecha de género en el sector es del 38%, es decir las mujeres ganan un 38% menos que los varones.
El informe también indica que esta brecha se mantiene por encima del 30% desde 2020, y que no es una cuestión sólo de salarios, sino de ingresos totales logrados en el marco del ejercicio de la profesión y las relaciones
laborales.
El subempleo horario, el “techo de cristal”, la informalidad o precariedad en las contrataciones, y cierta tendencia a la vinculación con trabajos de servicio asistencia -los cuales se evidencian con peores ingresos- son algunas de las variables que explican la diferencia en los ingresos entre varones y mujeres.

Finalmente, otros elementos que caracterizan al sector es el pluriempleo (46% trabaja en más de un lugar) y la sobreocupación horaria, sin duda para profesionales que no tienen regulación por paritarias, deben recurrir a incrementar sus horas de trabajo. Este año el 36% de los profesionales indicó que trabaja 10 horas o más por día. Esta situación ha crecido un 44% en comparación al 2.021, cuando el 25% trabajaba 10 horas o más.
Los profesionales jóvenes más precarizados y vulnerables. Cuando se observan los ingresos por rangos etarios, o las modalidades de contratación, queda en evidencia que el “monotributo” y las formas más precarias de contratación son la puerta de entrada al ejercicio de la profesión. Y tienen un ingreso promedio equivalente al 60% menos que la media nacional.
Las conclusiones son contundentes, y deja bien claro el contexto y la vulnerabilidad que sufren los profesionales independientes, esta tendencia a la desregulación en las relaciones laborales plantea como resultado la pérdida de estabilidad económica y el debilitamiento del status profesional, afectando tanto a los profesionales como a la sociedad que depende de sus servicios.
