En el marco del 84° Plenario de la Coordinadora de Cajas de Previsión y Seguridad Social para Profesionales de la Rep. Argentina, llevado a cabo entre los días 13 y 15 de noviembre en CABA, se presentaron los resultados del 4to Estudio Nacional Sobre Profesionales Argentinos que realizó la Confederación General de Profesionales de la República Argentina (CGP), junto con el Observatorio de Profesionales de la FEPUC (Federación de Profesionales Universitarios de Córdoba).
Los integrantes del Panel “Análisis y debate sobre las condiciones laborales de los profesionales en Argentina” fueron el Presidente de CGP Ab. Amado Siede y la Coordinadora del Observatorio de Profesionales de FEPUC Mgter. Liliana Barbero.
La presentación abordó las condiciones laborales de las y los profesionales argentinos, analizando no solo la problemática de bajos ingresos y pérdida del poder adquisitivo, que actualmente atraviesa a todos los trabajadores del país, sino que dejó en evidencia una clara tendencia a la desregulación en las modalidades de contratación. Como así también una alerta que se enciende en el acceso al mundo laboral para los profesionales independientes jóvenes, el cual está signado por la precariedad laboral.
Para comprender la tendencia, se recurre al gráfico 1, que refleja la modalidad de contratación de profesionales de Argentina, en los estudios CGP y el Observatorio de Profesionales de FEPUC (OPF) (2020-2024[1]). Allí se evidencia la caída en el porcentaje de profesionales que trabaja facturando por todos los trabajos que realizan, y un crecimiento en el porcentaje de profesionales que buscan combinar el ejercicio independiente, con alguna relación de dependencia, en una clara búsqueda de mejores ingresos, garantizarse mayor cobertura en materia de seguridad social y derechos laborales.
En este mismo contexto también crece la modalidad de contratación con monotributo, pero cumpliendo una jornada laboral, situación que desde lo legal significa una relación de dependencia encubierta.
Sin duda, las múltiples actividades y trabajos que realizan las y los profesionales en Argentina, trae aparejada ciertas complejidades en las modalidades de contratación. Pero un dato alerta a las entidades profesionales y a las cajas de previsión y seguridad social del sector, y es que el 51% de profesionales trabaja de manera independiente, con ingresos inferiores a quienes tienen alguna relación de dependencia y con menos respaldo colectivo.
[1] Estudios 2020: Muestra 11.068 casos; 2021: Muestra: 10.590 casos, 2022: 4.325 casos; 2024: Muestra: 10.371 casos, distribuidos en todo el país.
Gráfico1: Evolución en la modalidad de contratación.
Profundizando en estas condiciones, vemos que el 51% de los profesionales en Argentina trabaja de manera independiente, es decir, emite una factura a sus clientes, u organizaciones para las que trabaja. Bajo esta modalidad no cuentan con un vínculo de dependencia formal, ni con un convenio colectivo que respalde sus condiciones laborales. Esta situación los obliga a negociar sus ingresos individualmente con cada cliente, paciente o entidad sin un marco regulatorio que los proteja.
Si bien dentro del grupo de los profesionales independientes un 13 % ejerce bajo contratos de locación de servicio, la mayoría de ellos enfrentan relaciones de dependencia encubierta: facturan a un único empleador de manera continua, con jornadas y horarios fijos, pero sin acceder a los derechos de los empleados formales.
El acceso al mundo laboral para los profesionales independientes jóvenes está signado por la precariedad laboral, y este no es un punto menor, ya que deteriora cualquier esquema solidario de seguridad social. El estudio que analizamos muestra que un tercio de las y los profesionales jóvenes tiene una modalidad de contratación precaria, ya sea con monotributo, pero en una relación de dependencia encubierta, o de manera informal, con becas y/o los programas gubernamentales. (Ver cuadro 1)
Cuardo1: Modalidad de contratación, según edad de las y los profesionales de Argentina.
Este análisis revela también cómo los profesionales independientes vienen siendo los más perjudicados en este contexto laboral, regido por: desregulación de sus honorarios y la flexibilización laboral, y pérdida de poder adquisitivo debido al ritmo inflacionario del país.
Para analizar la pérdida del poder adquisitivo, en este informe se implementó un indicador en el que se establece la relación entre el ingreso promedio de un profesional argentino, con la canasta básica total para una persona adulta, tal como define INDEC: “Unidad Adulto Equivalente”. De esta manera se dice que, en mayo de 2024, el ingreso promedio de una persona profesional de Argentina representaba 3,8 Canastas Básicas Totales de Adulto Equivalente (CBE-AE)
El gráfico 2, muestra la evolución de este indicador en las mediciones de CGP-OPF, y recupera un dato del año 2001 de otro estudio que usó el mismo índice para el mismo sector sobre datos INDEC[1]. Esta comparativa histórica revela que revela una pérdida gradual en la capacidad de compra que se logra con los ingresos de profesionales. En los últimos 23 años la pérdida de poder adquisitivo de los profesionales ha sido del 67%. pero los profesionales asalariados tienden a experimentar una mayor estabilidad. Por el contrario, la pérdida entre quienes son independientes fue del 70%, y mucho peor entre los que tienen RRDD encubierta que llega al 76% en mismo periodo analizado.
[1] Donaire R. “Los trabajadores y el trabajo en la crisis – Aproximación a la evolución de la situación de los profesionales en Argentina 1.991- 2.001”- 6to Congreso Nacional de Estudios del Trabajo – agosto 2003.
Gráfico 2: Comparativo histórico del ingreso promedio medido en CBT-AE, según modalidad de contratación.
Finalmente, no se puede dejar pasar el dato sobre los bajos ingresos del sector. Para validarlo se recurre a un dato oficial que se publica mes a mes el Ministerio de Capital Humano de la Rep. Argentina, el RIPTE – la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables. Un indicador muy amplio que promedia sobre todos los trabajadores estables, sin distinguir sus niveles educativos, y para mayo de 2024 fue de $879.483.-
El dato significativo que se observa en el gráfico 3, es que el ingreso promedio de una persona profesional casi siempre está por debajo del RIPTE. Sólo en los últimos 2 años los ingresos del sector lo superaron. No obstante, se verifica también que en estos últimos años el RIPTE tuvo variaciones por debajo de la inflación.
La brecha entre el ingreso promedio de los profesionales y la remuneración promedio de los trabajadores estables ( RIPTE) pone en evidencia las desigualdades que afectan a los profesionales según sus distintas condiciones laborales. De esta manera vemos que siempre la brecha en los independientes es más desfavorable que entre los que tienen RRDD, y aún más perjudicial.